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Escrito por: Rodrigo Martínez
¿Qué es un zombie? En sentido estricto y hasta académico, se trata de una “persona que se supone muerta y reanimada por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad”, pero siendo más flexibles, un zombie es una criatura hambrienta, que no siente nada salvo un hambre insaciable.
¿Qué es un zombie? En sentido estricto y hasta académico, se trata de una “persona que se supone muerta y reanimada por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad”, pero siendo más flexibles, un zombie es una criatura hambrienta, que no siente nada salvo un hambre insaciable. Por más loco e irreal que se escuche, existe un grupo de personas que siente una fascinación muy extraña por estas criaturas –incluyendo a quien escribe este texto. No sé si se deba a los sangrientos y viscosos elementos que componen a estos seres, o si se trate de esa curiosidad morbosa de conocer cuáles son los límites del cuerpo humano y, mejor aún, los de la mente. Toda esa fascinación nos ha llevado a buscar –desde su surgimiento en la década de los treinta– nuevas formas e interpretaciones de los come cerebros que, a la fecha, me siguen llevando al cine para ver películas tan chafas como Resident Evil: The Final Chapter o una que otra de culto como Zombie Strippers. Sea como sea, creo que hay muchos ejemplos que nos ayudarían a demostrar que en pleno 2018 la demanda de productos que incluyan a este tipo de criaturas en el cine, la televisión y hasta en los videojuegos –el pan nuestro de cada día– sigue más viva que nunca. Uno de los ejemplos más recientes y que llamó la atención de los jugadores, fue el título desarrollado por Undead Labs, State of Decay, un videojuego de supervivencia en mundo abierto que te pone en los zapatos de un sobreviviente del apocalipsis zombie. Su recepción no fue mala, sin embargo, el título no fue de los más exitosos de ese año, ya que contaba con algunas debilidades que al final del día se transformaban en frustración y molestia, como la progresión offline que simulaba eventos que, en vez de hacer el juego más interesante, lo hacían un verdadero dolor en el trasero. Tres años más tarde, durante el E3 de 2016 –y porque usted lo pidió–, Microsoft y el estudio de Jeff Strain anunciaron que la secuela de State of Decay ya estaba en desarrollo y ahora ha llegado el momento de darle una revisada a una de las pocas exclusivas que el Xbox One tiene para este año, ¿habrá mejorado lo suficiente como para tener más presencia dentro de los fans del género? Te lo contamos aquí, en la reseña de State of Decay 2. Jardineros con espadas State of Decay 2 es un juego de supervivencia en tercera persona con toques de RPG que te pondrá en los zapatos de un sobreviviente del apocalipsis zombie. La premisa no es nueva: el mundo ha sido víctima de una infección* que ha llevado a la sociedad a dividirse en comunidades y grupos. Precisamente sobre eso trata el juego: tu objetivo principal será construir una base y una comunidad de sobrevivientes que sea capaz de vencer los embates de las hordas zombies y de recolectar todos los recursos –comida, materiales de construcción, combustible, medicina y munición– necesarios para vivir en un mundo como éste. Para ello, al principio del juego se te dará un rápido tutorial para que aprendas los comandos básicos de la secuela, los cuales no son complicados, pero sí son poco responsivos y tal vez te lleguen a frustrar. Eso sí, primero tendrás que elegir una de cuatro parejas de personajes para iniciar tu aventura: los amigos de años, los hermanos huraños, la pareja veterana –apodada la “ruptura para siempre”– o la pareja de extraños que encontró el amor entre el caos zombie. Lo importante de esta selección es que cada uno de estos personajes tiene estadísticas y gustos diferentes. Por ejemplo, yo inicié mi partida con la pareja de amigos Justin y Gabe, el primero era un doble de acción con buenas estadísticas de sentido común, mientras que el segundo era un artesano que cuenta con la habilidad de fabricación. La relación de cada pareja es diferente lo que afecta la forma en la que se desarrolla tu historia en el juego, haciendo que cada partida sea única. Sin embargo, no importa qué personajes elijas la animación inicial del juego, eventos y hasta los diálogos son los mismos en todos los casos. Aunque la trama se desenvuelve de forma diferente para cada jugador, me hubiera gustado que la forma en la que Undead Labs presenta el juego fuera diferente para cada pareja, no que reciclaran su propio material.
Ahora, el juego requiere que constantemente estés buscando recursos. Por ejemplo, supongamos que te quedas sin medicina y se te ocurre sembrar plantas medicinales y así poder tener más de este recurso. Primero tendrás que tener un huerto, luego debes conseguir un personaje que cuente con la habilidad de jardinería y también debes obtener un enfriador de agua. Buscar todos estos objetos te tomará tiempo, debido a que debes registrar casas, erradicar infestaciones de zombies y descubrir nuevos lugares para obtener lo que estás buscando. De no conseguirlo, tu comunidad bajará su moral y hasta podría morir por las heridas que vayan arrastrando. Cada personaje cuenta con una barra de salud y una de estamina que cambian dependiendo las lesiones que tengas o la cantidad de recursos que traigas contigo. No puedes dejar de prestar atención al peso de los recursos, por ejemplo, ya que si te sobrecargas y una horda de zombies aparece, tal vez la mejor idea sea disparar pues los ataques cuerpo a cuerpo te dejarán sin aliento. En este mismo punto se ubica el mapa con el que puedes localizar vehículos, hordas zombies, núcleos de la Plaga –enormes montículos de carne que al destruirlos funcionan para crear la cura de la plaga de sangre–, edificios por registrar y hasta puestos de avanzada a reclamar. Lo más importante de State of Decay 2 es la comunidad y su bienestar, porque si no cuidas tus recursos habrá consecuencias como muertes por hambre, peleas por la baja moral, así que la mayor parte del tiempo estarás buscando esas mochilas con recursos. Del total de horas que he estado jugando –que la neta no son pocas– calculo que un 80% lo invertí en conseguir recursos para que mis comuneros no murieran de hambre o se sintieran miserables, lo cual llega a ser repetitivo y provocará que avanzar en el juego sea muy lento. Me gustaría hacer hincapié en lo importante que es prestar atención a la comunidad, es decir, los personajes y a tu base. Los primeros tienen estadísticas que irán mejorando conforme más uses ciertas habilidades como la de tiro o la de sentido común. Una vez que acumules todas las estrellas de alguna habilidad, podrás especializar a ese personaje y mejorar sus ataques cuerpo a cuerpo o el peso que pueden cargar en la mochila, por ejemplo, lo que irá mejorando su posición dentro de la comunidad. Cuando un personaje llegue al máximo de su posición se convertirá en héroe y podrás elegirlo como líder de la comunidad, lo que desbloquea misiones secundarias especiales para generar una buena relación con los vecinos que, de no cuidarla, puede llevarlos a abandonar la región o hasta volverse hostiles y dispararte. Cada sobreviviente cuenta con una mochila con diferentes espacios para cargar todos los materiales y recursos que vayas encontrando. Por lo que la mayor parte del tiempo estarás guardando provisiones en tu almacén –ubicado en la base y puestos de avanzada– para no llenar todos tus espacios, llevar los recursos suficientes para la misión y obtener nuevos con los que puedes comerciar.
La base es muy importante. Aquí es donde puedes guardar todos tus recursos, reparar armas, curar a los heridos, cambiar de personaje y hasta cocinar un banquete para tus comuneros. Para ello, necesitas mejorar las construcciones del lugar invirtiendo recursos e influencia, la “moneda de cambio” del juego, la cual se obtiene liquidando infestaciones de zombies, ayudando a los vecinos y llevando suministros a la base. Además, también tienes que reclamar puestos de avanzada para obtener camas adicionales, acceso a tu almacén y ciertos recursos. Mientras más de estos controles, mayores serán tus oportunidades de mantener una comunidad sana. Ahora, cada construcción que realices puede ser mejorada para que genere recursos específicos como son medicinas, municiones o comida. Para ello necesitas materiales, conocimientos y a uno de los miembros de la comunidad para así, por ejemplo, crear la cura de la plaga de sangre o crear armas mejoradas, pero ten cuidado, ya que estas modificaciones aumentarán el nivel de ruido de tu base, lo que incrementa las posibilidades de que tu comunidad sufra un ataque zombie. Mientras más miembros tenga tu comunidad, más ruido hará y los zombies que te ataquen serán más fuertes. En State of Decay 2 hay varios tipos de zombies, justo como en la primera entrega. Están los zombies regulares, que no representan ningún reto; los zombies de la plaga de sangre, que te convertirán en un come carne humana; los aulladores, cuyo grito atrae más de esas cosas; los hinchados, que explotan dejando una nube de gas tóxico; los salvajes, que son mucho más ágiles y rápidos; y los juggernauts, zombies grandes y bastante resistentes.
La inteligencia artificial de los enemigos es buena, realmente sentirás que estás luchando con zombies que, agrupados en hordas, se vuelven un enemigo impredecible. Desafortunadamente no puedo decir lo mismo de los aliados que, en general, son estorbosos y de poca ayuda, sobretodo, cuando estás buscado recursos para tu comunidad, ya que sólo se quedarán parados mirando cómo haces el trabajo sucio. Tu historia en State of Decay 2 se puede desarrollar en tres mapas diferentes: la ciudad de la ladera, del altiplano o del valle. Cada uno cuenta con su propio diseño, pero los elementos que lo componen como casas, centros comerciales, gasolineras y graneros, será casi iguales. Al entrar a una casa sentirás que ya has estado ahí. El diseño de los elementos que componen el mapa no es el mejor. Adicionalmente, el control de la cámara no tan bueno y si no eres cuidadoso podría hacer que omitas algún preciado recurso, sobretodo al entrar o salir de alguno de los edificios Como puedes ver, el estilo de juego de State of Decay 2 es más complejo de lo que varios habíamos pensado. Tanto así, que después de sesiones de juego de tres o cuatro horas de duración te sentirás un poco harto y hasta frustrado, debido a que después de tanto tiempo, la sensación de que no estás avanzando será más evidente. Puertas invisibles y zombies que flotan Gráficamente el juego se ve bien. La primera entrega estaba desarrollada con el motor gráfico CryEngine, pero en esta ocasión los chicos de Undead Lab, decidieron dejar esta herramienta atrás para utilizar el motor Unreal Engine 4, y vaya que trajo buenos resultados. Los efectos de luz y sombra están muy bien implementados y algunos de los detalles como las ejecuciones y el aspecto de los zombies lucen increíbles. Desafortunadamente, elementos importantes, como el diseño de los personajes y los elementos que componen el mapa lucen acartonados y sin nada de brillo, incluso las ejecuciones pierden un poco de sabor porque no se ven tan viscosas como nos hubiera gustado. El juego corre a 60fps, pero son inconsistentes y cuando hay caídas de frame rate se percibe muchísimo, cabe señalar que para realizar la reseña estuve jugando en un Xbox One estándar, pero algunos compas que jugaron conmigo en PC me llegaron a comentar que se veía mucho más sólido.
Lo que en verdad me sorprendió fue la cantidad de bugs que incluye la versión final del juego. Durante el tiempo en el que estuvimos jugando, los errores de programación fueron evidentes, en ocasiones había puertas que estaban abiertas y al intentar pasar por ellas teníamos que abrir una puerta invisible, en otras ocasiones pudimos ver a zombies que corrían sin parar frente a un muro y hasta hinchados invisibles. A los pocos días descargamos una actualización para el juego y pude notar una disminución en este tipo de errores, sin embargo siguen estando presentes. En el apartado musical, las canciones del juego pasan completamente desapercibidas. En ocasiones cumplen su objetivo al elevar la tensión con notas fuertes mientras los zombies se aglomeran a tu alrededor, pero fuera de eso, no hay canciones que destaquen. Dame tu 20, compa Una de las nuevas adiciones de State of Decay 2 es el tan esperado modo multijugador. Acceder a él es muy sencillo, basta con presionar un botón para acceder a tu radio desde donde puede invitar a un amigo a jugar o ponerte disponible para ayudar a otros jugadores que están en línea.
Cuando accedas a la partida de alguien más tu objetivo será ayudarlo a mejorar su comunidad obteniendo recursos o limpiando zonas infestadas de zombies, todo depende de quien hospede la partida. Lo anterior es algo aburrido, porque, siendo muy fríos, estás invirtiendo tiempo en llenar de recursos a otra persona. Además, si quieres obtener la experiencia al 100% tienes que contar con unos buenos audífonos con micrófono, porque la comunicación es crucial dentro de State of Decay 2. Ahora, las veces que probamos este modo, el juego sufrió de lag y hasta nos expulsaba de la partida, aun cuando contamos con una buena conexión a Internet. De igual forma, algunos errores en las sombras que se creaban al proyectar la luz de nuestras linternas también se hicieron presentes. El factor zombie un poco flojo
State of Decay 2 es un juego agradable y que se ve bien, pero que tiene una cantidad de errores considerable* y escenarios reciclados que le quitan mucho de su brillo. Es agradable que los eventos que sucedan dentro de tu partida sean consecuencia de las acciones de cada jugador, dando esa sensación de que cada una de tus acciones es irrepetible. Pasar la mayor parte de la partida buscando recursos en hieleras, cocinas, granjas y otros lugares, es fastidioso y le quita mucho de lo divertido que puede ser el juego convirtiéndose en un actividad lenta y repetitiva. Algunos de los elementos de la entrega anterior como el permadead continúan siendo cruciales para este juego y con el espeso sistema de progresión de personajes y de administración de la base encajaran muy bien con los jugadores que gustan de este tipo de juegos de supervivencia. Lo interesante de State of Decay 2, es que el juego no te obliga a enfocarte en un sólo personaje, sino que te hace jugar con toda la comunidad, esto quiere decir que deberás utilizar a todos los miembros de tu asentamiento para que no se sientan miserables, para que aporten algo a la base con sus habilidades y para reforzar la seguridad del lugar. El esperado modo multijugador funciona bien aunque en ocasiones llega a fallar, pero en general se trata de una experiencia divertida por una o dos horas –obviamente, bromear con amigos mientras arrollan zombies es garantía de diversión. Recuerda que State of Decay 2 se estrenará el próximo 22 de mayo en Xbox One y PC.
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¿Qué es un zombie? En sentido estricto y hasta académico, se trata de una “persona que se supone muerta y reanimada por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad”, pero siendo más flexibles, un zombie es una criatura hambrienta, que no siente nada salvo un hambre insaciable.
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