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"Me extrañaron bastante..."
Ganador nato, el Tolo volvió al Rojo decidido a recuperar la alegría. Dijo haber llegado para lograr "más prestigio" y, todavía en carrera en el Clausura, avisó: "Yo siempre peleo por algo".
El traje negro lo hace aún más flaco. Aunque su personalidad no adelgazó ni un gramo. En su regreso, Américo Rubén Gallego dejó en evidencia por qué es el técnico de la paz. La paz de la que habló el Rolfi, resignificada en alegría por Pusineri y en tranquilidad por la dirigencia de Independiente. Porque el Tolo se come el espectáculo solito. Y los kilos que perdió los capitalizó en viveza. Un ejemplo, al entrar al hotel Amerian, y tras un abrazo afectuoso -el más sentido de todos los que dio- con su amigo Santoro, le tiró: "Qué espalda que tenés, Pepé. Quisiera tenerla". Y del mimo pasó a la chicana. "Te escuché. Dejá de hacer quilombo", retó a Islas por el reciente cruce con Cáceres. Pero la síntesis de lo que es el último DT campeón del Rojo para el Rojo la dio en la conferencia: "Me extrañaron bastante...". Y sí...
Había hinchas en la puerta, más de 100 personas en la sala de prensa, 14 cámaras de TV, cronistas de otros países... Sí, todo por él, por haber salido de las vacaciones y haber vuelto recargado. "Son siete años los que pasaron desde que con ese grandioso equipo fuimos campeones. Y hace cuatro años que no dirijo en Argentina. Me dieron con un caño este tiempo", bromeó. Good show...
"Esto es un desafío, a pesar de haber logrado cosas importantes como jugador y entrenador. Es el momento para Independiente. Me sedujo que hay material interesante, sobre todo en Inferiores, que tengo la fortuna de haber tenido a Santoro la otra vez, y ahora me deja el equipo a cinco puntos, con un buen promedio", explicó un hombre al que se lo veía empapado de todo.
"Vengo con muchas ganas. Ya descansé bastante. Vine a ganar mucho más prestigio y a pensar en la punta. Yo siempre peleo por algo. Hace un año que no trabajo (cuando se fue de Tigres de México) pero vi los partidos. Podemos apuntar más alto. Y todos los jugadores empiezan de cero", avisó y enumeró el bagaje con el que llega: "Tengo más experiencia, trabajé en otros países. Soy consciente de que hay que trabajar mucho, que hay chicos que no tuvieron la chance, y a veces los jóvenes no te ayudan en las difíciles; pero si están predispuestos... Por sus declaraciones, veo que los jugadores me aprecian y eso me estimula más".
-¿Por qué ahora sí?
-El entrenador siempre está al filo de la navaja si no gana... Vamos a salir de esta posición. Tomé nota de lo que le pasa acá y voy a tener la chance de corregirlo en la semana.
-¿Podés ser campeón?
-Es prematuro. Se necesita trabajo para sacar las cosas adelante. Espero que con mi llegada sean un poco más optimistas algunos. No tiene que haber más problemas... Banco a mis jugadores, son míos y los voy a defender a muerte.
-¿Se vienen cambios?
-Tampoco es que voy a llegar y voy a destrozar a los que fueron titulares mucho tiempo. Hay que ir a de a poco, formando el equipo, ver quién quiere ganarse el puesto. Voy a poner al que mejor juegue. Hay chicos que pueden rendir más.
-¿Será distinto al 2002?
-Los jugadores son diferentes... Pero si estoy a cinco puntos, quiero salir primero. Es un grande, tenemos buenos jugadores, algunos están bajoneados pero no los podés poner a todos. Hay que charlarlo con ellos y darles ánimo, que se tengan confianza cuando entran o en la semana.
-¿Habrá depuración?
-Ahora tendrán su oportunidad, pueden jugar en Reserva y también los voy a ver. No me voy a desprender de los que no vi.
-Para Diego, la Selección es Mascherano + 10. ¿Acá es Pusineri + 10?
-Mis jugadores saben que por más que hablen por tele, tienen que correr y meter. Conmigo no hay vuelta atrás. Y tengo antecedentes: he sacado jugadores a los 20 minutos...
-Dicen que este plantel se comió varios técnicos...
-Hay que tenerles confianza. Estoy a morir con ellos y si hay que hacer doble turno todo la semana, lo haremos (NdeR: el lunes será el primero...). Vinimos a trabajar, no a ganar sólo de local porque de visitante son los puntos más importantes. Venciendo a un equipo 'viable' se consiguen títulos. Es mi teoría. Independiente no puede ir a jugar a un lado y que le hagan uno o dos goles.
-¿Va el 4-3-2-1 del 2002?
-Lo iré viendo. Ese equipo será duro igualarlo. Podés compararlo con más guerra en el medio, más presión adelante, jugando al off side seguido.
-¿Tenés el equipo?
-En mi mente. Tengo que plasmarlo en el campo y ver si anda. Si con Lanús (equipo con el que debuta) te metés atrás es probable que te goléen. Con Sand no te podés distraer.
Sólo le faltaba hablar del hincha y su insistencia para que vuelva: "Me pone más presión, porque no quiero defraudar a los que confían en mí. Pero con una semana de entrenamiento no voy a vencer a Lanús por 3-0...". Y cerró con un guiño: "Lo de la gente es habitual. Todos me decían: 'Agarre, agarre y agarre...'. Pero como estaba un amigo como Pepé, no quería...". El se río, todos se rieron y antes de levantarse le susurró a Comparada: "Vamos por el éxito".
Ganador nato, el Tolo volvió al Rojo decidido a recuperar la alegría. Dijo haber llegado para lograr "más prestigio" y, todavía en carrera en el Clausura, avisó: "Yo siempre peleo por algo".
El traje negro lo hace aún más flaco. Aunque su personalidad no adelgazó ni un gramo. En su regreso, Américo Rubén Gallego dejó en evidencia por qué es el técnico de la paz. La paz de la que habló el Rolfi, resignificada en alegría por Pusineri y en tranquilidad por la dirigencia de Independiente. Porque el Tolo se come el espectáculo solito. Y los kilos que perdió los capitalizó en viveza. Un ejemplo, al entrar al hotel Amerian, y tras un abrazo afectuoso -el más sentido de todos los que dio- con su amigo Santoro, le tiró: "Qué espalda que tenés, Pepé. Quisiera tenerla". Y del mimo pasó a la chicana. "Te escuché. Dejá de hacer quilombo", retó a Islas por el reciente cruce con Cáceres. Pero la síntesis de lo que es el último DT campeón del Rojo para el Rojo la dio en la conferencia: "Me extrañaron bastante...". Y sí...
Había hinchas en la puerta, más de 100 personas en la sala de prensa, 14 cámaras de TV, cronistas de otros países... Sí, todo por él, por haber salido de las vacaciones y haber vuelto recargado. "Son siete años los que pasaron desde que con ese grandioso equipo fuimos campeones. Y hace cuatro años que no dirijo en Argentina. Me dieron con un caño este tiempo", bromeó. Good show...
"Esto es un desafío, a pesar de haber logrado cosas importantes como jugador y entrenador. Es el momento para Independiente. Me sedujo que hay material interesante, sobre todo en Inferiores, que tengo la fortuna de haber tenido a Santoro la otra vez, y ahora me deja el equipo a cinco puntos, con un buen promedio", explicó un hombre al que se lo veía empapado de todo.
"Vengo con muchas ganas. Ya descansé bastante. Vine a ganar mucho más prestigio y a pensar en la punta. Yo siempre peleo por algo. Hace un año que no trabajo (cuando se fue de Tigres de México) pero vi los partidos. Podemos apuntar más alto. Y todos los jugadores empiezan de cero", avisó y enumeró el bagaje con el que llega: "Tengo más experiencia, trabajé en otros países. Soy consciente de que hay que trabajar mucho, que hay chicos que no tuvieron la chance, y a veces los jóvenes no te ayudan en las difíciles; pero si están predispuestos... Por sus declaraciones, veo que los jugadores me aprecian y eso me estimula más".
-¿Por qué ahora sí?
-El entrenador siempre está al filo de la navaja si no gana... Vamos a salir de esta posición. Tomé nota de lo que le pasa acá y voy a tener la chance de corregirlo en la semana.
-¿Podés ser campeón?
-Es prematuro. Se necesita trabajo para sacar las cosas adelante. Espero que con mi llegada sean un poco más optimistas algunos. No tiene que haber más problemas... Banco a mis jugadores, son míos y los voy a defender a muerte.
-¿Se vienen cambios?
-Tampoco es que voy a llegar y voy a destrozar a los que fueron titulares mucho tiempo. Hay que ir a de a poco, formando el equipo, ver quién quiere ganarse el puesto. Voy a poner al que mejor juegue. Hay chicos que pueden rendir más.
-¿Será distinto al 2002?
-Los jugadores son diferentes... Pero si estoy a cinco puntos, quiero salir primero. Es un grande, tenemos buenos jugadores, algunos están bajoneados pero no los podés poner a todos. Hay que charlarlo con ellos y darles ánimo, que se tengan confianza cuando entran o en la semana.
-¿Habrá depuración?
-Ahora tendrán su oportunidad, pueden jugar en Reserva y también los voy a ver. No me voy a desprender de los que no vi.
-Para Diego, la Selección es Mascherano + 10. ¿Acá es Pusineri + 10?
-Mis jugadores saben que por más que hablen por tele, tienen que correr y meter. Conmigo no hay vuelta atrás. Y tengo antecedentes: he sacado jugadores a los 20 minutos...
-Dicen que este plantel se comió varios técnicos...
-Hay que tenerles confianza. Estoy a morir con ellos y si hay que hacer doble turno todo la semana, lo haremos (NdeR: el lunes será el primero...). Vinimos a trabajar, no a ganar sólo de local porque de visitante son los puntos más importantes. Venciendo a un equipo 'viable' se consiguen títulos. Es mi teoría. Independiente no puede ir a jugar a un lado y que le hagan uno o dos goles.
-¿Va el 4-3-2-1 del 2002?
-Lo iré viendo. Ese equipo será duro igualarlo. Podés compararlo con más guerra en el medio, más presión adelante, jugando al off side seguido.
-¿Tenés el equipo?
-En mi mente. Tengo que plasmarlo en el campo y ver si anda. Si con Lanús (equipo con el que debuta) te metés atrás es probable que te goléen. Con Sand no te podés distraer.
Sólo le faltaba hablar del hincha y su insistencia para que vuelva: "Me pone más presión, porque no quiero defraudar a los que confían en mí. Pero con una semana de entrenamiento no voy a vencer a Lanús por 3-0...". Y cerró con un guiño: "Lo de la gente es habitual. Todos me decían: 'Agarre, agarre y agarre...'. Pero como estaba un amigo como Pepé, no quería...". El se río, todos se rieron y antes de levantarse le susurró a Comparada: "Vamos por el éxito".
