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Primera Selección
Tarde histórica: con el Monumental a full, Diego dirige por primera vez en el país y por los puntos. Cuenta con el respaldo renovado de los jugadores, pero también le aguardan desafíos: hacer olvidar a Riquelme, que el equipo levante en las Eliminatorias y que Messi sea el abanderado de la Selección.
Llegó el día, Diego. Llegó. El que imaginaste, el que tanto esperaste, el de los porotos que cuentan, que valen, que cotizan camino al Mundial. Llegó el día en el que tu país, tu tierra, tu gente, te verá por fin como técnico de la Selección, sí, acá, en vivo y en directo. Llegó ese día en el que un Monumental repleto, renovado, ilusionado, esperanzado, se romperá las palmas y coreará tu nombre como en las épocas del Dios jugador. Llegó el día en el que tu equipo, tus jugadores, tu capitán Mascherano y diez más, jueguen por vos, por ellos, por los argentinos, y probablemente así, como vos lo pediste, salgan de la cancha ovacionados. Llegó el día, Diego, es tuyo, es de todos, a disfrutarlo...
Ese pitazo inicial, el que dará el peruano Víctor Rivera para abrir el partido de esta tarde contra Venezuela, no será uno más para la Selección. Después de las últimas desilusiones y del abrupto final del ciclo de Basile, la llegada de Maradona DT y los triunfos ante Escocia y Francia en el tour europeo de arranque, cambiaron el mapa de juego y el semblante de la gente, que en estos días se ha vuelto a enamorar de la celeste y blanca con entradas agotadas. En realidad, si algo logró Diego, en la previa a su debut oficial, fue un efecto contagio. Los jugadores se identificaron rápidamente con su estilo, el espíritu parece ser otro y la mayoría habla de una "mayor confianza" en la relación futbolista-DT. Eso, más la arenga maradoniana con respecto a lo que significa ponerse la camiseta argentina, y la consecuente respuesta-compromiso que se vio en la cancha, también incentivaron al hincha a volver a creer.
En su rol, Diego preparó el equipo para este gran estreno como si fuera uno más de ellos. Se lo vio así en esta semana en Ezeiza, como si fuera el líder-jugador de su propio equipo o si tuviera ese brazalete que acompañó a la 10 en la espalda tanto tiempo. De ese modo, apoyó y motivó. Y en esa posición, mucho más cercana al grupo que la que tenía Basile, parece estar uno de los secretos de este cambio, del respeto que se ganó del plantel más allá de esa lógica idolatría que tienen por él.
Con ese primer aspecto en el bolsillo de su pantalón de DT (acaso fundamental para el convencimiento), a partir de hoy Diego deberá consolidar su nueva idea de juego en el ámbito oficial y también revertir los números en las Eliminatorias. Contando los últimos 21 puntos en juego en esta ruta a Sudáfrica, la Selección logró siete. Así, si se tomara en cuenta una tabla que incluyera esa cantidad de encuentros y su correspondiente efectividad, Argentina estaría en el octavo lugar, sólo arriba de Colombia y Perú. Por eso, aunque esté en el 3° puesto en el camino real al Mundial (y por ahora clasificada), el dato marca la tendencia en baja y, claro, que llegó la hora de despertar.
En eso, en hacer olvidar rápido el "no" de Riquelme, en que Messi sea ese mismo crack en la Selección que es en el Barsa, en que su yerno el Kun se complemente con Leo y Tevez en su apuesta por los bajitos, en que los nuevos (como Angeleri) demuestren los beneficios de esta mirada más global a nivel convocados, estarán los otros desafíos de Maradona DT para hoy, más allá de "repetir" los triunfos ante Escocia y Francia como él mismo dijo.
Llegó el día, Diego. Bienvenido a tu nueva era.
Tarde histórica: con el Monumental a full, Diego dirige por primera vez en el país y por los puntos. Cuenta con el respaldo renovado de los jugadores, pero también le aguardan desafíos: hacer olvidar a Riquelme, que el equipo levante en las Eliminatorias y que Messi sea el abanderado de la Selección.
Llegó el día, Diego. Llegó. El que imaginaste, el que tanto esperaste, el de los porotos que cuentan, que valen, que cotizan camino al Mundial. Llegó el día en el que tu país, tu tierra, tu gente, te verá por fin como técnico de la Selección, sí, acá, en vivo y en directo. Llegó ese día en el que un Monumental repleto, renovado, ilusionado, esperanzado, se romperá las palmas y coreará tu nombre como en las épocas del Dios jugador. Llegó el día en el que tu equipo, tus jugadores, tu capitán Mascherano y diez más, jueguen por vos, por ellos, por los argentinos, y probablemente así, como vos lo pediste, salgan de la cancha ovacionados. Llegó el día, Diego, es tuyo, es de todos, a disfrutarlo...
Ese pitazo inicial, el que dará el peruano Víctor Rivera para abrir el partido de esta tarde contra Venezuela, no será uno más para la Selección. Después de las últimas desilusiones y del abrupto final del ciclo de Basile, la llegada de Maradona DT y los triunfos ante Escocia y Francia en el tour europeo de arranque, cambiaron el mapa de juego y el semblante de la gente, que en estos días se ha vuelto a enamorar de la celeste y blanca con entradas agotadas. En realidad, si algo logró Diego, en la previa a su debut oficial, fue un efecto contagio. Los jugadores se identificaron rápidamente con su estilo, el espíritu parece ser otro y la mayoría habla de una "mayor confianza" en la relación futbolista-DT. Eso, más la arenga maradoniana con respecto a lo que significa ponerse la camiseta argentina, y la consecuente respuesta-compromiso que se vio en la cancha, también incentivaron al hincha a volver a creer.
En su rol, Diego preparó el equipo para este gran estreno como si fuera uno más de ellos. Se lo vio así en esta semana en Ezeiza, como si fuera el líder-jugador de su propio equipo o si tuviera ese brazalete que acompañó a la 10 en la espalda tanto tiempo. De ese modo, apoyó y motivó. Y en esa posición, mucho más cercana al grupo que la que tenía Basile, parece estar uno de los secretos de este cambio, del respeto que se ganó del plantel más allá de esa lógica idolatría que tienen por él.
Con ese primer aspecto en el bolsillo de su pantalón de DT (acaso fundamental para el convencimiento), a partir de hoy Diego deberá consolidar su nueva idea de juego en el ámbito oficial y también revertir los números en las Eliminatorias. Contando los últimos 21 puntos en juego en esta ruta a Sudáfrica, la Selección logró siete. Así, si se tomara en cuenta una tabla que incluyera esa cantidad de encuentros y su correspondiente efectividad, Argentina estaría en el octavo lugar, sólo arriba de Colombia y Perú. Por eso, aunque esté en el 3° puesto en el camino real al Mundial (y por ahora clasificada), el dato marca la tendencia en baja y, claro, que llegó la hora de despertar.
En eso, en hacer olvidar rápido el "no" de Riquelme, en que Messi sea ese mismo crack en la Selección que es en el Barsa, en que su yerno el Kun se complemente con Leo y Tevez en su apuesta por los bajitos, en que los nuevos (como Angeleri) demuestren los beneficios de esta mirada más global a nivel convocados, estarán los otros desafíos de Maradona DT para hoy, más allá de "repetir" los triunfos ante Escocia y Francia como él mismo dijo.
Llegó el día, Diego. Bienvenido a tu nueva era.