- Tema Autor
- #1
En 1958, la Selección que con la soberbia convicción de que "la nuestra" iba a pintarles la cara a los europeos se volvió del Mundial de Suecia con un estrepitoso 1-6 propinado por Checoslovaquia. Aquello fue una bisagra en la historia futbolera. Aunque una sistematización sustentada llegaría mucho después, de la mano de Menotti en 1974, ya desde aquel tremendo papelón comenzó otra manera de pensar la Selección, abandonando la peregrina idea de que éramos mejores que los que no conocíamos y contra quienes no nos medíamos nunca. El equipo fue recibido en Ezeiza por hinchas que fueron para tirarles monedas a los jugadores. El episodio se recuerda como "el desastre de Suecia".
Cuando en 1993 la mejor generación que dio jamás el fútbol colombiano le metió cinco a la Selección en el Monumental, también hubo consecuencias. La principal fue el regreso al equipo de Maradona, que resucitaba de una de sus caídas al abismo y a quien nadie pensaba llamar, por inmanejable.
Catástrofe como la de ayer nunca es gratis. Olé ejerce su derecho de crítica pero no es golpista, como no lo fue con Basile, ni con Bielsa, ni con ningún técnico de la Selección. Sí esperamos que esto no sea tomado con ligereza, como al acaso. Se ha convertido en el primer contratiempo grave que el Maradona entrenador, con apenas cuatro partidos de experiencia en el equipo nacional, tendrá que asimilar y asumir. Regresado de un celebrado 2-0 a la poderosa Francia en Marsella, pegó un puñetazo sobre la mesa y cambió de número 10.
Veremos desde dónde se levanta Diego de una caída tan dolorosa, como nunca tuvo cuando estaba dentro de la cancha.
Cuando en 1993 la mejor generación que dio jamás el fútbol colombiano le metió cinco a la Selección en el Monumental, también hubo consecuencias. La principal fue el regreso al equipo de Maradona, que resucitaba de una de sus caídas al abismo y a quien nadie pensaba llamar, por inmanejable.
Catástrofe como la de ayer nunca es gratis. Olé ejerce su derecho de crítica pero no es golpista, como no lo fue con Basile, ni con Bielsa, ni con ningún técnico de la Selección. Sí esperamos que esto no sea tomado con ligereza, como al acaso. Se ha convertido en el primer contratiempo grave que el Maradona entrenador, con apenas cuatro partidos de experiencia en el equipo nacional, tendrá que asimilar y asumir. Regresado de un celebrado 2-0 a la poderosa Francia en Marsella, pegó un puñetazo sobre la mesa y cambió de número 10.
Veremos desde dónde se levanta Diego de una caída tan dolorosa, como nunca tuvo cuando estaba dentro de la cancha.