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Bolso vacío
River vuelve de Uruguay sin puntos ni sensaciones positivas: Nacional le ganó bien y Barbosa se hizo el 0-2 cuando olía a empate. Se le complica...
En tres minutos, Alvaro Fernández se aprovechó de la demora de Marcelo Gallardo para definir un mano a mano ante el arquero y definió con un derechazo cruzado en el área de River. Así, desemparejó un partido en el que los dos equipos habían mostrado mayor predisposición para intentar imponerse por presencia antes que por juego. Porque River no salió a buscar el gol con agresividad: casi, casi, que lo esperó, como se espera la hora de llegada de un buque para cruzar el Río de la Plata. Y cuando en el segundo tiempo se decidió a acosar a Nacional, bien ajustadas algunas clavijas tácticas, y merodeó el área, y remató desde afuera... Cuando, en definitiva, merecía el empate, sufrió el 0-2 por un error de Barbosa, quien primero no consiguió detener el zurdazo de Lodeiro y, luego de que la pelota pegara en el palo, la metió en el arco al intentar manotearla. Así, River se quedó con tres puntitos en la Copa, con aquel triunfo agónico ante Nacional de Paraguay en el debut. Perdió en Uruguay después de más de 26 años. Y empieza a ahogarlo la urgencia, como no hace tanto tiempo...
Muy lejos del arco local se paró River, con Fabbiani y Falcao demasiado aislados del resto. Tuvo, en el primer tiempo, un problema sin solución: el doble cinco de Nacional, integrado por Arismendi -inteligente y firme- y por Oscar Morales -un clon de Chicho Serna: moreno, rapadito, veloz, fuerte, que llegó a todas-, se devoró, bocado a bocado, a Gallardo. De hecho, el Muñeco intentó ser lanzador bien cerquita de Ahumada, luego buscó ubicarse casi como un tercer punta, luego volvió a retroceder... El combo se completó con volantes externos que no colaboraron. Y River, apenas con Ahumada como único de intenciones firmes, mostró una imagen diluida. River debió jugar como en el inicio del segundo tiempo, momento en el que debió arriesgar por todo lo que no había hecho en el inicio. Tuvo cambio de ritmo con Augusto, tuvo peso en el área con el Ogro pivoteando y tuvo, también, otro mano a mano desperdiciado, en los pies de Falcao. Mientras, cada contra del Bolso era medio gol...
Y fue gol completo en el descuento, con un tiro libre combado de Victorino. River terminó desorientado, apretado por una tabla de posiciones que lo obliga a un par de victorias en los próximos tres partidos, o tal vez más. Porque se fue de Uruguay con el Bolso, como les dicen a los de Nacional, vacío de puntos. Y sin mucho que discutir.
River vuelve de Uruguay sin puntos ni sensaciones positivas: Nacional le ganó bien y Barbosa se hizo el 0-2 cuando olía a empate. Se le complica...
En tres minutos, Alvaro Fernández se aprovechó de la demora de Marcelo Gallardo para definir un mano a mano ante el arquero y definió con un derechazo cruzado en el área de River. Así, desemparejó un partido en el que los dos equipos habían mostrado mayor predisposición para intentar imponerse por presencia antes que por juego. Porque River no salió a buscar el gol con agresividad: casi, casi, que lo esperó, como se espera la hora de llegada de un buque para cruzar el Río de la Plata. Y cuando en el segundo tiempo se decidió a acosar a Nacional, bien ajustadas algunas clavijas tácticas, y merodeó el área, y remató desde afuera... Cuando, en definitiva, merecía el empate, sufrió el 0-2 por un error de Barbosa, quien primero no consiguió detener el zurdazo de Lodeiro y, luego de que la pelota pegara en el palo, la metió en el arco al intentar manotearla. Así, River se quedó con tres puntitos en la Copa, con aquel triunfo agónico ante Nacional de Paraguay en el debut. Perdió en Uruguay después de más de 26 años. Y empieza a ahogarlo la urgencia, como no hace tanto tiempo...
Muy lejos del arco local se paró River, con Fabbiani y Falcao demasiado aislados del resto. Tuvo, en el primer tiempo, un problema sin solución: el doble cinco de Nacional, integrado por Arismendi -inteligente y firme- y por Oscar Morales -un clon de Chicho Serna: moreno, rapadito, veloz, fuerte, que llegó a todas-, se devoró, bocado a bocado, a Gallardo. De hecho, el Muñeco intentó ser lanzador bien cerquita de Ahumada, luego buscó ubicarse casi como un tercer punta, luego volvió a retroceder... El combo se completó con volantes externos que no colaboraron. Y River, apenas con Ahumada como único de intenciones firmes, mostró una imagen diluida. River debió jugar como en el inicio del segundo tiempo, momento en el que debió arriesgar por todo lo que no había hecho en el inicio. Tuvo cambio de ritmo con Augusto, tuvo peso en el área con el Ogro pivoteando y tuvo, también, otro mano a mano desperdiciado, en los pies de Falcao. Mientras, cada contra del Bolso era medio gol...
Y fue gol completo en el descuento, con un tiro libre combado de Victorino. River terminó desorientado, apretado por una tabla de posiciones que lo obliga a un par de victorias en los próximos tres partidos, o tal vez más. Porque se fue de Uruguay con el Bolso, como les dicen a los de Nacional, vacío de puntos. Y sin mucho que discutir.