Atomix.vg
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Escrito por: NetoMan
Es claro que Age of Empires no es la única franquicia de Estrategia en Tiempo Real (RTS). Sin embargo, sí es evidente que es la más importante. No sólo por su popularidad, que ha vuelto casi inmortal un juego con 25 años en el mercado como Age of Empires II (con sus reediciones y expansiones, naturalmente). Sino por el legado que la franquicia creada por Microsoft y los ya finados Ensemble Studios dejaron para la posteridad. Tuvieron que pasar más de 15 años para que Xbox Game Studios, de la mano de World’s Edge, nos brindara la cuarta entrega de la franquicia. Una que, en vez de reflejar la guerra moderna como se estipuló en el plan original, evocaba a los ecos que volvieron mítico el segundo título: la recreación histórica y la ambientación medieval. En medio de las celebraciones por su lanzamiento, nos revelaron un plan inesperado: la serie iba a móviles. No sólo podríamos, de alguna forma, jugar un Age of Empires en el celular. Sino que tal proyecto estaría en manos de TiMi. Sí, es el estudio propiedad del titán chino Tencent que ya ha creado hits como Call of Duty Mobile, Pokémon Unite, Honor of Kings y otros tantos títulos para estas plataformas. Todos ellos con una característica común: son free to play, con un fuerte componente de microtransacciones, loot boxes y obtención de personajes al azar. ¿Era este estudio el indicado para darle vida a una franquicia tan amada en móviles? La era de los reyes No, no es un RTS. Al menos no en el sentido estricto de que entrenes población y tropas en tiempo real, al tiempo que levantas un imperio en el campo de batalla. Es un pastiche de géneros que terminan por empalmarse unos con otros a través de escasas afinidades. A diferencia de la serie principal, no eres una figura histórica o mitológica. Eres el gobernador de una ciudadela que forma parte imperio en ruinas cuya aparente heredera y primer heroína, Josefina, busca reconstruir. Para ello, tienes que gestionar recursos con el fin de levantar instalaciones civiles, económicas y, por supuesto, militares. ¿Existe entonces alguna reminiscencia a la jugabilidad tradicional? Sí, por supuesto. De entrada las instalaciones están ampliamente basadas en las conocidas por los títulos previos: cuarteles, centros urbanos, molinos, campamentos. También los recursos a gestionar son los típicos: piedra, madera, oro y alimento. Los aldeanos son, hasta cierto punto, esenciales para la recolección de los mismo y la edificación de este nuevo imperio.
El concepto clave aquí es, por supuesto, “hasta cierto punto”. Es un free to play. Tiene micropagos. muchos y en más de una divisa a intercambiar por diversos elementos. Entre ellos están los recursos a utilizar y, claro, el tiempo que se tardan en construir y mejorar los diversos edificios. Cuentas con aceleradores y cofres para obtener más elementos con los cuales avanzar, pero llega un momento (incluso en partes avanzadas de propio tutorial) en que debes usarlos para evitar horas de espera por un centro urbano renovado. Es muy claro que el título tiene un fuerte impulso para que pases tu número de tarjeta de crédito y pagues. De otra manera, los tiempos de espera se te van a disparar. Por supuesto, existen aditamentos gratuitos diarios. Además, mientras aguardas, existen otras modalidades para disfrutar. Mi dulce Juana ¿Y las batallas? Aquí nos encontramos también con un aspecto muy distinto a los títulos tradicionales. No cuentas con unidades, cuentas con tropas a las cuales subes de nivel al entrenarlas en los cuarteles, con nuevas tecnologías y, sobre todo, están vinculadas al nivel de los héroes que te presenta el título.
Existe una narrativa en este título que, como mencionamos, es la resurrección en la gloria de un imperio ficticio que ha caído bajo el yugo de tribus bárbaras igual de ficticias (y más cercanas al estereotipo caricaturizado de los vikingos que a ya desmentido que vemos en nuestros días). Por tanto, se da el lujo de contar con héroes y villanos provenientes de diversas eras. ¿De qué otra manera Cleopatra, El Cid, Juana de Arco, Ricardo I, Oda Nobunaga, Julio César, el Rey Arturo, Hua Mulan, Atila, Harald III y otros íconos militares podrían compartir campo de batalla? Cada uno, por supuesto, cuenta con habilidades especiales al desenvolverse en los diferentes tipos de combates (sí, más de uno). Y, claro, para darles mayor poderío es necesario gastar recursos que, con el tiempo, vuelven necesario pasar por la caja registradora a través de medallas o tomos de experiencia. Ellos llegan, prácticamente, al azar en la taberna de tu ciudadela. En el gameplay principal estos personajes legendarios podrán guiar a tus tropas a través de un mundo para enfrentar a ejércitos de NPC o, ya en niveles avanzados, de otros jugadores. Incluso podrás invadir sus ciudadelas y desafiar las filas que ya hayan reclutado. Para definir la victoria o la derrota existen diferentes factores: las habilidades de tu héroe, el clásico piedra-papel-tijera entre piqueros, jinetes, espadachines y arqueros, así como las bonificaciones a tropas y recursos que brinda la civilización base (chinos, bizantinos, japoneses, británicos, romanos, franceses, egipcios y coreanos).
Estas tropas se mueven en escuadrones más al estilo de un Crusader Kings que de Age of Empires, chocando mientras elementos como los citados definen al vencedor y al vencido. Claro, después de una batalla tu ejército tendrá que replegarse y fortalecerse. Para ello necesitará… adivinaste, recursos especiales. Los cuales también se agotan con el simple hecho de enviarlos a la batalla. Vencedores y vencidos ¿Alianzas? Sí existen. El mismo tutorial te colocará incluso en una predeterminada, aunque puedes establecer una con tus amigos. Son cruciales para ciertos momentos del juego, ya que existen objetivos que exigen un ataque en conjunto a objetivos específicos. También puedes declarar la guerra a otra alianza o a un pobre monarca desvalido, con la posibilidad pedir ayuda si un enemigo decide atacarte. La unión hace la fuerza, por supuesto, al tiempo que vencer en una de estas conflagraciones es realmente gratificante. Sin embargo, la existencia de las alianzas es un arma de doble filo. Por un lado, en efecto, brinda opciones de multijugador únicas y una experiencia social relativamente profunda. Por el otro, lamentablemente, es muy exigente en cuanto a recursos. Las tecnologías se investigan en común y, junto con otros elementos, exigen agotar desde divisa del juego hasta, por supuesto, oro, madera, piedra y alimento.
El título te pone objetivos periódicos a cumplir y, claro, en varios de ellos requerirás apoyo de otros jugadores. Si bien es hasta cierto punto equilibrado, es claro que busca lograr que agotes los recursos a tu disposición tan pronto como sea posible. Pero este gameplay principal no es el único donde agotarás tus reservas. Las batallas de los conquistadores Mientras esperas las ocho horas que tarda en construirse tu nuevo centro urbano, puede sacar a pasear a tus héroes para que se prueben ante otros como ellos en una arena de combate. Sí, es una modalidad similar (más bien calcada) de Auto Chess y Teamfight Tactics. Nos gustaría decirte que el éxito o el fracaso de tus combates en estas “islas” depende de tu habilidad al colocar y dirigir a tus generales y sus unidades. Pero no. Más bien lo que define cada batalla es el nivel al cual los has podido subir mediante, principalmente, diversos consumibles.
Claro, detalles como el mencionado piedra-papel-tijera o las habilidades de cada héroes repercuten. También su posición en el campo de batalla y sus movimientos para sacar ventaja en el tablero. Pero no te vamos a mentir: si tu héroe es los suficientemente poderoso, el éxito está garantizado. Ha llegado Wallace… Más bien no, porque no está entres los héroes disponibles (mientras sí los están figuras como Diao Chan o la emperatriz javanesa Tribhuwana Wijayatunggadewi). Pero si quieres ver a uno de tus héroes volverse legendario por su cuenta, existe una modalidad de supervivencia que además de entretenida es incluso desafiante. Tu personaje, al estilo de Vampire Survivors, debe resistir ante los embates de oleadas y oleadas de enemigos. Ya sea animales como lobos, osos o cuervos, así como tropas bárbaras y sus generales. Conforme vayas matando adversarios, naturalmente, subirás de nivel y te harás de mejores habilidades. Algunas realmente poderosas, que llegan a volver esto una relajante sesión al ver caer sin esfuerzo a quienes van contra tí.
Sí, algunos enemigos o jefes llegan a ser poderosos. En otras ocasiones los niveles están diseñados para hacerte pedazos y, a veces, lo logran. Pero, como tu poder depende en buena medida del nivel de tu héroe, si es muy poderoso puede convertir un escenario retador en un paseo por el parque. Más cuando existen habilidades que, al alcanzar cierto nivel, pueden ser muy espectaculares e incluso un tanto excesivas. Según el relato de Cuauhtémoc… Quien tampoco está, naturalmente. El título es visualmente atractivo, en el estándar alto de un juego para móviles. Se han esmerado en brindar cinemáticas de calidad y detalles especiales como edificaciones únicas para cada civilización base. El arte es bello, por supuesto, la diversidad en el gameplay brilla a través de una buena labor. Extrañamos el tema principal, pero la música de cada civilización y los sonidos en el juego están bien elaborados. Los diálogos de cada personaje están en su idioma de origen. O bueno, eso creemos: los que hablaban idiomas no conocidos aún como el huno o el cartaginés lo hacen en inglés, mientras Juana lo hace en francés, El Cid en castellano, Sun Tzu en chino, Julio César en latín y la realeza del Sur de Asia en idiomas que no habíamos escuchado jamás.
En un celular de gama media con Android el juego corre de forma muy correcta, sin ralentizarse. Al menos con el rendimiento estándar. Lo cual, básicamente, quiere decir que muy probablemente puedas disfrutar del mismo en tu teléfono sin problema alguno. El águila de sangre Age of Empires Mobile puede ser juzgado de dos formas. Por lo que es y por lo que no es. En este último caso el asunto es muy claro: no es un título a la usanza tradicional. Ni siquiera es un título original, sino que retoma Kingdoms Arise y lo tunea para brindar el look and feel de Age of Empires. Es evidente que, si quieres un título que se disfrute como los clásicos, no es la opción. Y Xbox lo sabía, porque títulos como War Legends permiten una experiencia más tradicional. Sin embargo, para quien está dispuesto a disfrutar la experiencia que este desarrollo ofrece la experiencia es grata. Es un título muy bien elaborado, con una jugabilidad diversa y adictiva cuando te sumerges en sus mecánicas. Sólo que existe un problema: ni siquiera es un pay to win. Lo sería si estuviera diseñado para hacerte pagar por la victoria. Más bien aprovecha todo resquicio posible para sacarte dinero. Ese es el principal problema de este proyecto. Uno que no tienen siquiera otros creados por la misma casa desarrolladora aprovechando sus licencias: se pone el pie en el esfuerzo por hacerte gastar recursos y, a su vez, de que suene la registradora. Lo cual no es malo y es lícito, pero hace tropezar la dinámica del mismo juego y entorpece el disfrute del usuario.
Es un buen título, sí. A secas. ¿Tienes paciencia y/o dinero? ¿Eres un fan muy clavado de la gestión de recursos y la estrategia pura y dura? Este título es para ti. Si no, bueno, existen mil y un formas de jugar Age of Empires II en cualquier lugar ya en 2024.
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